Bad Bunny, cuyo verdadero nombre es Benito Antonio Martínez Ocasio, compartió una reveladora confesión acerca de cómo el proceso de envejecer le ha causado una profunda angustia y preocupación. A pesar de su éxito global y de haber alcanzado la madurez profesional, el artista puertorriqueño de 30 años reveló en una reciente entrevista con Zane Lowe para Apple Music 1 que, al cumplir los 20 años, experimentó una depresión intensa. “Recuerdo que cuando cumplí 20, estaba devastado. Sentí que mi vida estaba llegando a su fin. Pensé que me iba a morir. ¡Dios mío, tengo 20 años! Soy viejo, casi me muero… este es el fin de todo”, recordó, mientras bromeaba sobre ese periodo de su vida.
En esa época, el joven Benito estaba trabajando en un supermercado, un contraste significativo con el estilo de vida que lleva ahora. «A veces tiendo a pensar demasiado en todo», confesó. “Ahora, estoy aprendiendo a no dejar que esos pensamientos me consuman tanto, a confiar más en la vida, en Dios, en el proceso, y a disfrutar del momento sin tanta preocupación”. Sin embargo, al cumplir los 30 años, el reguetonero se dio cuenta de que la sociedad comienza a hacerle preguntas sobre el futuro, preguntas que le hacen reflexionar aún más sobre su vida. “La gente empieza a preguntarme cosas como ¿te vas a casar? ¿vas a tener hijos? Y eso me hace pensar, ¿estaré haciendo las cosas mal?”, compartió.
A pesar de alcanzar grandes logros en su carrera, con giras mundiales y un éxito imparable, Bad Bunny también reflexiona sobre cómo se siente dentro de la industria de la música. “Este es un momento importante en mi vida. Acabo de lanzar mi nuevo disco ‘Debí tirar más fotos’, y me he estado tomando un tiempo para reflexionar sobre todo lo que he vivido, mi historia personal, y todo lo que ha sido mi carrera. Estoy a punto de cumplir 10 años en la industria, pero aún siento que soy un novato”, expresó, reconociendo que aunque ha conquistado escenarios de todo el mundo, todavía hay una sensación de novedad y aprendizaje constante en su vida profesional.
Aunque millones de personas lo ven como un ícono mundial de la música, el artista admitió que, detrás de la fama y el reconocimiento, él sigue siendo una persona tímida. «Siempre me ha costado mucho hacer amigos. Por eso, a pesar de mi éxito, todavía mantengo los mismos amigos que tenía cuando era niño», explicó. Sin embargo, aclaró que no se considera antisocial, sino que siente que, en ocasiones, no encaja del todo en ciertos ambientes sociales. «Tengo muchos hábitos raros que adquirí en mi niñez», admitió el cantante. A pesar de las dificultades emocionales que enfrenta al envejecer y la presión de las expectativas de la sociedad, Bad Bunny sigue aprendiendo a equilibrar su vida personal con su carrera, mientras se dedica a disfrutar los pequeños momentos y a confiar más en el proceso de la vida.
